Sevilla provincia

LA SUAVÍSIMA ARMONÍA

Lugar: Harinera del Guadaira, Alcalá de Guadaíra Calle San Juan, 1
Fecha: 19 de septiembre
Precio: 0€

Quién te ha dicho Juanilla (Juan Serqueira de Lima)

Huyan las sombras del ocio (Juan F. Gómez de Navas, 1647-1719)

Jácaras (Lucas Ruiz de Ribayaz, 1626-1677)

Válgate amor por niña (Juan Serqueira de Lima, ¿?-c.1726)

Pajarillo que cantas alegre (Juan Hidalgo, 1614-1685)

La suavísima armonía (Juan Hidalgo)

Zarambeques (Diego Fernández de Huete, 1650-1705)

Cada vez que riñen Menguilla y Pascual (Manuel de Villaflor, (¿?-d.1707)

Ay de mí, que el llanto y la tristeza (Sebastián Durón, 1660-1716)

Corazón, no suspiréis (Sebastián Durón)

Achas (Lucas Ruiz de Ribayaz)

Amor, aunque quieras (Sebastián Durón)

¡Fuego, fuego, agua, agua! (Sebastián Durón)

 

A lo largo del siglo XVII, la música española amplía los espacios para su difusión en los ámbitos privados, especialmente en la capital del reino. Además de los palacios de la aristocracia y de la realeza, las academias florecen en Madrid. En ellas la poesía tenía un papel dominante, y la música se sirvió de los poemas para introducirse en estos círculos intelectuales. Las canciones profanas, a veces salidas del teatro y otras tomadas directamente de la calle, inundaron las estancias privadas de nobles y eruditos. En ese proceso, el estilo polifónico de la primera mitad de siglo fue siendo progresivamente sustituido por las monodias acompañadas. Los tonos humanos empezaron a escribirse para una voz acompañada por un instrumento, que solía ser una guitarra o un arpa. La “Luz y norte musical para caminar por las cifras de la guitarra española, y arpa, tañer, y cantar a compás por canto de órgano” que Lucas Ruiz de Ribayaz publicó en Madrid en 1677 sirve de guía imprescindible en la que ensartar danzas de moda y canciones, como las que escribieron algunos de los mayores talentos españoles del Barroco, Juan Hidalgo y Sebastián Durón entre los más conocidos. Estos autores cultivaron también la canción religiosa, aplicando a sus tonos divinos los recursos retóricos y estilísticos de los tonos humanos y trascendiendo con ellos el entorno de los palacios y academias. La influencia italiana se dejó sentir, entre otras cosas, en la progresiva introducción de las formas barrocas del recitado y aria en las cantadas españolas.

ORGANIZA | COLABORA

Agencia Andaluza de Instituciones Culturales, Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra